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¿Cómo diseñar la vida sin hacer planes? (una propuesta creativa)

  • Foto del escritor: Mauricio J. Navarro-Bulgarelli
    Mauricio J. Navarro-Bulgarelli
  • 29 ago 2024
  • 8 Min. de lectura

29 de agosto, 2024


Y si te dijera que diseñar la vida no tiene tanto que ver con plantearte metas, objetivos ni planes, ¿qué pensarías?... Bueno, la idea no es mía, es más bien la propuesta de un escritor, músico, creativo, informático, podcastero y coach argentino, llamado Facundo Arena, quién tiene un proyecto muy interesante al que bautizó como Laboratorio Gaiki.

 

En las últimas semanas he estado estudiando su propuesta, que la plantea en su podcast y en un curso en línea llamada justamente así: “diseña tu vida”. La verdad es que pienso que tiene algunas premisas que son interesantes de tomar en cuenta, y que se pueden “traducir” del lenguaje del coaching, al de la Orientación vocacional. Y entonces, en este post intentaré empezar ese desafío, me refiero al de rescatar las “ideas fuerza” más valiosas que le veo a la propuesta de este argentino, pero ya escritas (y por lo tanto interpeladas) con mi visión orientadora.

 

Seré breve, lo prometo. Solo te introduciré siete ideas fuerza de este autor.

 

Empecemos por el principio…

 

1.     ¿Por qué ya no vale la pena planear tanto la vida?

 

Bueno, porque vivimos en tiempos en dónde la incertidumbre es la norma, el cambio la constante, y existen tantas cosas que no podemos controlar, que, casí de manera inevitable, se vuelve imposible cumplir con nuestras metas, planes, objetivos, en los tiempos estipulados, o incluso del todo no se pueden alcanzar, por factores ajenos a nuestro control. Y es entonces que aparecen la frustración y la ansiedad, como dos de los grandes síntomas (diríamos casi pandémicos) de nuestra sociedad. Entonces, más que un plan de vida, el autor en cuestión plantea mejor un sistema que nos ayude a diseñar la vida.

 

2.     ¿Y qué es diseñar la vida?

Para el autor, diseñar la vida, es darle forma. Y se le da forma, mediante el “dibujo” de lo que él llama los “límites creativos”. Es cómo dibujar las líneas del campo de juego, o como decimos en Costa Rica, es “marcar la cancha”, y saber que mi vida se va a “jugar” dentro de esos límites, que yo mismo delimité…

 

3.     Límites creativos

Esta es una idea fuerza centrales de esta propuesta. Se trata, como acabo de contarles, de las propias reglas del juego que yo tomo conscientemente para diseñar mi vida. Y entonces estamos hablando de decisiones de auto-regulación.

Se pueden aplicar en realidad a todas las áreas de la vida. Podríamos pensar por ejemplo en limitar la manera en qué utilizo mi tiempo, es decir, cuánto estoy dispuesto(a) a invertir de mi tiempo en este o aquel proyecto, en esta o aquella distracción, en este o aquel camino.

También se le pueden poner límites al dinero (y sin duda debemos hacerlo). Porque si logro presupuestarme, y no gastar “de más” en lo que no me acerca a mis horizontes de vida, entonces podré invertir, ahorrar o al menos gastar un poquito en aquello que sí me acerca a los proyectos que quiero realizar en la vida.

Esto de los límites creativos aplica también para las personas con las que convivo, los lugares que frecuento, las series que veo en Netflix, los podcast que escucho, las canciones, los libros que leo… si te pones a pensar, puede aplicarse para todo.

La clave estaría en preguntarse:

¿Esto me hace bien?

¿me acerca o me aleja de mi horizonte de vida?

¿vale la pena renunciar a lo que implica hacer/comprar/decir/decidir esta opción? ¿Estoy dispuesto(a) a este sacrificio?


Pero volvamos a la idea de los horizontes, que como ves ya los he mencionado varias veces en tan pocos párrafos, y eso destaca su importancia dentro de esta propuesta.

 

4.     Los horizontes de vida (filosofía personal).

            Lo primero es definir mis horizontes. Es decir, aquellos sueños/ideales/valores hacia donde quiero dirigir mi vida. Y con eso más o menos claro, pues ya está casi todo listo. Lo que tocaría de ahí en adelante es caminar hacia allá, siendo el horizonte como esa “luz”, esa “máxima” que guía mi vida. Y entonces tomaré decisiones en mi diario vivir para acercarme hacía ese horizonte. Pero como la cosa hasta acá parece muy ambigua, hay algo intermedio que debemos también clarificar. Me refiero a los proyectos.

 

5.     Los proyectos en la vida

   Digamos que los proyectos nacen de los horizontes, y son las creaciones que quieres hacer con tu vida. Es decir, si sueño con ser un escritor, pues un proyecto sería escribir un capítulo de un libro. O si mi horizonte es ser un profesional, un proyecto podría ser inscribirme en el programa para terminar la educación secundaria. Si mi horizonte tiene que ver con los valores del servicio, un proyecto podría ser involucrarme en un voluntariado.

            Y bueno acá se podría pensar en que no hay nada nuevo en esto, es decir, al final los proyectos vienen siendo como objetivos de vida, o incluso metas a mediano y largo plazo. Pues sí y no. Sí, porque claro, no hay duda. Pero no (al menos en esta propuesta), porque, para mí, lo verdaderamente disruptivo (como el mismo Facundo caracteriza a su propuesta), está en lo que hace que esto, más que un plan, sea un sistema. Y esos son los rituales diarios… te los paso a explicar inmediatamente.

 

6.     Los rituales del día a día

            Empecemos diciendo que, si seguiste lo anterior, ya tienes todo servido para formar un sistema. Es decir, ya tienes un horizonte (o varios) de vida más o menos claro, tienes algunas luces sobre los proyectos que te gustaría desarrollar. Y ya marcaste la cancha con los límites creativos que se convertirán en tus reglas del juego (de tu vida) a la hora de tomar decisiones sobre el cómo invertir tu tiempo, tus relaciones, tu dinero y en general todos tus recursos. Ahora, el paso tradicional sería el de plantearse metas, ¿cierto?

            Pero en cambio, Facundo Arena nos propone que no nos hagamos pretensiones (las que llevan a frustraciones, desilusiones y desmotivaciones), sino que más bien hagamos espacios diarios en nuestras agendas para “rituales”, que no son otra cosa que ponernos a hacer, a crear. Se trata de sacar el espacio del tiempo, acondicionar el lugar físico, tener las herramientas necesarias a mano, y lanzarme a hacer lo que se necesita para la creación, es decir ponernos a hacer nuestro quehacer.

 

Un ejemplo de ritual diario...

Voy a retomar uno de los ejemplos que te daba antes, para ver si me logro explicar mejor:

Si el proyecto en mi vida actualmente es escribir el capítulo de un libro, el ritual será todos los días sentarme 15 minutos frente al cuaderno, con lápiz en mano, en ese momento al que los escritores le llamamos “el encuentro con la hoja en blanco”. Y ver que pasa…. Algunos días surgirán anotaciones interesantes, otras solo ideas que parecen inconexas, otras solo habrá silencio y vacío. Otras quizás nos moverán invertir esos 15 minutos en leer, estudiar o escuchar algún podcast. Y todo lo anterior está bien. Porque lo que hice fue preparar el ritual (es decir, abrí el espacio en mi agenda, por ejemplo 15 minutos al levantarme, antes de ducharme). Luego preparé el espacio físico, una habitación con buena iluminación, quizás una ventana que da a un jardín, una buena taza de café, una silla y escritorio cómodos y por supuesto, lápiz y papel a mano. Luego, lo que pase cada día en ese momento de “ritual”, será lo que fluirá, sin más, pero sin menos… No me pongo metas del tipo “1 párrafo diario” o “una página por semana”. No, porque esas metas son las que llevan a frustraciones. La “meta” si lo quieres ver así, es el cumplimiento del ritual diario, esos 15 minutos en esa habitación, con ese lápiz y ese papel, y la taza de café a mano… Y si un día no hice el ritual, no pasa nada, al día siguiente sí lo hago, y ya está. Y si cumplo el ritual (casi) todos los días, entonces, el capítulo del libro nacerá. Y luego el otro, y luego el primer libro, y luego el otro… No sabemos cuándo pasará, pero el ritual, ya desde el día 1 me hará que vaya caminando hacia el horizonte, porque, gracias a esos 15 minutos del ritual que me mueve al HACER, ya seré escritor.

 

7.     Busca alguien que te acompañe

            En esto de diseñar la vida, siempre es bueno contar con acompañamiento de otras personas. El autor propone mentores, amigos, guías. Yo, por supuesto, te recomiendo acompañamiento profesional de personas que tengan estudios superiores en la Orientación vocacional. Pero la idea fuerza es la misma, solos es muy difícil diseñar nuestras vidas.

 

Conclusión

Lo que me gusta de esta propuesta es que se complementa muy bien con las ideas de decisiones y renuncias, de conciliación de la vida personal, familiar y laboral, de life design y de toma de decisiones vocacionadas que he desarrollado en varios de mis escritos dentro de este blog. Porque no se trata de renunciar a todo, dejarlo todo botado y “aventurarme” a un camino dando “saltos de fe” o “confiando en la bondad del Universo”. No, la cosa no anda por ahí…


  Se trata más bien de aceptar mi realidad, que para muchos es: estoy estudiando lo que puedo (no necesariamente lo que quiero), o bien tengo el trabajo que puedo y necesito (pero no necesariamente el que quiero). Pero en medio de todo, puedo tomar decisiones, que pueden parecer pequeñas, es decir, decidir poner en práctica un “ritual” diario, de 15 minutos, media hora o una hora (según lo que mi realidad me lo permita). Pero ese pequeño ritual, si persevero en él, y lo complemento con los límites creativos en mis finanzas, inversión de tiempo y relaciones, entonces, en palabras de Facundo, tendré el sistema que me ayudará a diseñar mi propia vida. En palabras “mías” sería, estaré logrando conciliar mi realidad laboral o de estudio, con mis deseos, mi vocación o mis pasiones. Es decir, la propuesta de Gaiki es interesante, un poco disruptiva sí, pero sin duda complementaria a lo que venimos haciendo ya los profesionales de la Orientación vocacional.

 

Si te interesa ahondar más en mis ideas en varias temáticas relacionadas con esto de diseñar la vida, te invito a explorar este blog al que le llamo Vida y trascendencia. Particularmente, si eres una persona en busca de ayuda para tomar decisiones de vida, explora la sección llamada: Diseña tu vida (Orientación vocacional). Y si eres estudiante o profesional de la Orientación, entonces te puede interesar darle un vistazo a la sección llamada: reflexiones teóricas en Orientación.

 

Te dejo con unas palabras textuales, sacadas del podcast de Facundo Arena. El podcast se llama “Gaiki – Una filosofía de la Creatividad- y al final encuentras el link de uno de los episodios en donde el autor desarrolla algunas de estas ideas. (que conste, no me pagó nada por poner esto, es publicidad gratuita, y lo hago porque creo que su material es valioso y por eso vale la pena compartirlo.)

 

            Me encantaría leer tus comentarios abajo en este post para seguir reflexionando juntos (as) sobre esto del diseño de vida. A continuación, las palabras de Facundo Arena:


¿Por dónde empiezo el camino hacia un proyecto grande en la vida? Anímate a hacer cosas lo suficientemente pequeñas cada día, para que sucedan, no para posponerlas ni excusarlas por cuestiones que están más allá de nuestro alcance. Con una visión clara de hacía adónde se quiere llegar, y con una actividad pequeña diaria que nos acerque a ese proyecto, inevitablemente, va a pasar. Es como tener un horizonte hacia adonde caminar, y un par de zapatillas. No necesitas mucho más que eso, solo dar un paso tras otro. El primer paso, por más pequeño que parezca, si lo puedes dar hoy, inevitablemente te va llevar a dar el segundo paso mañana.

 

Pura vida,


Mauricio J. Navarro Bulgarelli

(Mauja Nabu)



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