Y ahora, ¿qué hago con mi vida?... Tomar decisiones vocacionadas
- Mauricio J. Navarro-Bulgarelli
- 18 abr 2022
- 9 Min. de lectura
Actualizado: 27 may 2024
18 de abril, 2022

Salí del cole y no se qué hacer, no logré alcanzar un campo en esa carrera que quería estudiar, tuve un despido inesperado, me siento estancado en mi trabajo, tuve una ruptura amorosa, perdí a un ser querido, tengo una crisis de fe, tenía todo un plan montado y se vino una pandemia… y muchos ejemplos más… y ahora, ¿qué hago?, pues toma lo que yo llamo decisiones vocacionadas… vamos por partes:
- ¿Qué es una vocación? Más allá de una pasión, un trabajo o una carrera universitaria… Algunos ejemplos…
En posts anteriores de este mismo blog expliqué ampliamente lo que entiendo por vocación. Acá solo un resumen:
La vocación es un llamado (muchas veces interno), es una invitación, una motivación para que la persona pueda aportar en la construcción de un mundo mejor. En medio de las muchas injusticias sociales, problemas ambientales, económicos y de diversa índole, la persona siente que puede aportar “su granito de arena” para que esta sociedad sea más bella, más justa, más solidaria, más humana. Es decir, el hacerme consciente de mi propia realidad social y de la de tantos otros, puede ayudarme a responsabilizarme de tomar decisiones vocacionadas que me permitan aportar al cambio social deseado y necesario.
Una forma de encontrar mi vocación es abrirme a tener nuevas experiencias, que a la vez me ayuden a encontrar necesidades de la humanidad en las que siento que puedo aportar. Les pongo una lista que NO es exhaustiva, es solo por mencionar algunos ejemplos:
-La educación de niños, de jóvenes o de adultos
-El cuidado de las personas enfermas
-La invención de nuevas tecnologías para el bien de la humanidad
-La investigación de nuevos descubrimientos científicos
-La reflexión de conceptos filosófico-espirituales
-La creación de la Belleza por medio del arte, música, danza, el paisajismo
-La creación de políticas económicas, sociales, ambientales
-La defensa y protección del medio ambiente
-El estudio de la riqueza de la historia humana
-El encontrar la cura para algunas enfermedades
-El desarrollar tecnologías eco-amigables y de energías renovables
-Las prácticas agrícolas para saciar el hambre de la humanidad de manera sostenible
-El proponer caminos espirituales que nos conectan con lo Trascendente
-La promoción, cuidado y creación de la literatura universal que atesora nuestra sabiduría como humanidad
-La promoción de los derechos humanos, la inclusión, una sociedad con más justicia social
Como puedes ver, la vocación no es única ni se reduce a algo que estudiar, un trabajo por realizar o una pasión por seguir. Aunque puede tener relación con las tres anteriores, no se limita solo a ello. Voluntariados, programas especiales, emprendimientos, compromisos familiares y comunitarios y otros proyectos varios (remunerados o no), pueden tener relación con la vivencia de algunas de mis vocaciones, las cuales puedo ir descubriendo y construyendo en el transcurso de toda mi vida.
- ¿Qué es una decisión vocacionada? Algunos ejemplos…
Primero que todo es una decisión reflexionada, discernida. Si estas en una tormenta, ALTO, reflexiona. No tomes decisiones apresuradas. Date un chance, y cuando surja la paz en medio de la tormenta, entonces sabrás que es una decisión vocacionada. Las decisiones vocacionadas son flexibles, y van a cambiar con el tiempo, ya que toda decisión me va a llevar a tomar otras decisiones en la vida.
Como había planteado anteriormente en este blog, una de las principales funciones de la vocación, es que nos ilumina para poder tomar decisiones que tengan sentido y estén llenas de significado para nuestra vida en el momento histórico por el que se está pasando. Las decisiones vocacionadas nos acercan a lo Trascendente. Se toman en libertad y con responsabilidad. Nos ayudan a caminar nuestro propio camino.
Algunos ejemplos de decisiones vocacionadas que podríamos tomar podrían ser:
-Estudiar algo en particular.
-Optar por algún tipo de ocupación laboral.
-Realizar un voluntariado.
-Investigar sobre una temática y escribir o hacer videos y publicaciones en redes sociales sobre ella.
-Comprometerse con alguna fundación u organización que realiza alguna causa en particular.
-Emprender en mi propio negocio.
-Llevar a cabo algún proyecto virtual (por ejemplo, mediante el uso de redes sociales) o de manera presencial.
-Tener un hijo(a) y criarlo de la mejor manera posible.
-Empezar un proyecto de pareja a largo plazo con una persona.
-Comprometerme con la vida religiosa
-Entre otras
Muy bonito, pero ¿y ahora qué hago con mi vida?
Bueno pues si estas en un momento de crisis, esto es una invitación que la Vida te está dando para cambiar, para deconstruirte y reconstruirte, pero no desde cero, desde la nada, sino desde tus vocaciones, desde tu esencia.
Entonces lo primero, vive tus emociones. Tristeza, frustración, enojo, miedo, ansiedad… ¡Se vale!, déjalas fluir, saca esta energía que llevas dentro, es totalmente esperable, es humano. No pelees contra ellas, intenta solo vivirlas.
Lo segundo, haz un alto en tu vida, y reflexiona: ¿Cuál es la pregunta que la Vida me está planteando con esta situación? Tómalo con calma, no es algo de hoy para hoy. Es un proceso, es un camino…
Lo tercero, trata de ver tu historia de vida, tu camino recorrido, las decisiones tomadas antes y que te llevaron hasta dónde estás en este momento. Busca ver tus vocaciones en eso que haz vivido antes.
Lo cuarto, toma decisiones. Es decir, toma de nuevo el rumbo de tu vida. Pero si se disciernen, si se reflexionan a partir de esas intuiciones, de esas luces que vas a poco a poco ver, tanto hacia atrás al reflexionar sobre tu pasado, como en el presente viendo luces en oportunidades que puedas ir descubriendo, que se te aparecen más claramente justo por eso que ya no está, entonces podrás tomar decisiones vocacionadas. Piensa, ¿Cuál sería el siguiente paso lógico que puedo dar en mi vida vocacionada? ¿Qué podría hacer hoy para acercarme aunque sea un poquito a esos sueños vocacionados, a esas utopías que quiero perseguir, aun sabiendo que nunca las voy a alcanzar?
Quinto paso, ejecuta tus decisiones. Camina, arriésgate... En el camino verás nuevas luces. No esperes a tener certezas para actuar. Cuando sientas paz con una decisión vocacionada, ejecútala. Te aseguro que no te saldrá perfecta, te aseguro que no saldrá según lo esperado. De eso se trata la vida, de caminar…
Sexto paso, se consciente de tus renuncias. No se puede tener todo en la vida. No se puede hacer todo en la vida. No se puede ser todo en la vida. Toda decisión vocacionada implica muchas renuncias. La mejor forma de no comprometerse con algo, es querer comprometerse con todo. Las necesidades de la humanidad son infinitas, las bellezas de la sabiduría humana son también infinitas. Pero las decisiones vocacionadas tienen que ver con decidir tu propio camino. Cierto que luego podre cambiar, reinventarme. Pero en este momento, ¿Cuál decisión voy a tomar? ¿a qué voy a renunciar? La vocación es también una invitación a tomar mis opciones en la vida. Si no me comprometo con nada por querer caminar todos los caminos, no estaré tomando decisiones vocacionadas.
Sétimo paso, ábrete a lo incierto, a lo desconocido. Muchas veces tomar una decisión vocacionada es un poco como dar un paso a lo desconocido. No te aferres demasiado a tu “plan”. Desde la filosofía cristiana, San Francisco de Asís decía: “yo hago lo posible y le dejo a Dios que haga lo imposible”. Tu haz la parte que te toca, y abre las manos a lo que la Vida tenga preparado para ti. En esas circunstancias que podríamos llamar azar, suerte, coincidencia (o como nos gusta decir a los creyentes, diosidencias), podrás ver luces para seguir tomando decisiones vocacionadas.
Octavo paso, disfruta del camino. La vida no es una carrera, es un viaje (escribí otro blog al respecto, por si quieres profundizar esta idea). Y luego el caminar te hará volver a sentir crisis existenciales en donde estos pasos se repitan, quizás no linealmente, sino más cíclicamente. Recuerda que lo que decidas a los 15 años no tiene que ser igual con lo que decidas a los 18, a los 25, a los 40 o a los 65 años. Por eso decide en tu aquí y ahora, e iras así construyendo tu futuro en el presente, y la Vida te planteará nuevas preguntas en el futuro para seguir tomando decisiones vocacionadas. Y así seguirás construyendo tu camino, que es único. Cada quién construye su propio camino.
Bueno pero yo necesito “ser productivo”, ¿Cómo concilio la vocación con el principio de realidad?
Y claro, tienes que encontrar un trabajo que te brinde el sustento económico para alimentar a tu familia. Y no siempre será algo que esté “alineado” con lo que intuyes que son tus vocaciones. Y bueno, es también una decisión vocacionada tomar estos trabajos, porque esto es una decisión responsable.
Aun en estas circunstancias en que las actividades que ni te apasionen ni sientas que responden a tu vocación, pero “te tocan” desde tu realidad hacerlas, tienes la libertar de darles un significado para tu vida, para así no solo realizarlas por responsabilidad, sino también consciente del papel que decides que tengan en tu vida, que seguramente tendrá relación con un servicio que le das a la humanidad, y cuando lo ves así, puedes resignificarlarlo desde el Amor.
¿Y en cuanto a tus vocaciones? Bueno como dijimos antes, un voluntariado, un pequeño emprendimiento, un proyecto en redes sociales, un grupo de estudio en mi tiempo libre, un compartir con mis familiares y amigos cercanos en sus necesidades urgentes… hay muchas formas de conciliar tu presente con tus vocaciones, aún y cuando sientas que “tu trabajo actual” no te lo permite… Busca esta conciliación y sobre todo se fiel contigo mismo(a).
Se vale pedir ayuda profesional
Para eso estamos los profesionales de ayuda. Si sientes que necesitas de un empujón en este momento para tomar decisiones vocacionadas, pues busca el apoyo profesional. Procesos de orientación vocacional, terapia psicológica, acompañamiento espiritual, algunas otras opciones…. Busca según te sientas cómodo(a), pero no dejes de buscar ayuda… Estamos en este mundo para caminar juntos, y casí nunca logramos grandes cosas queriendo hacerlo todo solos.
Les comparto un poco de mis decisiones vocacionadas en mi aquí y ahora (algunas confesiones personales):
Para ir terminando les comparto que yo desde hace muchos años he vivido una vocación que, para sintetizar, podría mencionar como “la educación de los adolescentes y jóvenes”. Y bueno en otros momentos de mi vida he tomado decisiones vocacionadas por ejemplo para involucrarme muy activamente en voluntariados, apostolados religiosos, o el ser profesor de colegios o universidades. Y ahora, he tomado dos decisiones vocacionadas. La primera tiene que ver con esta vocación hacia los jóvenes, y es vivirla desde mi realidad como profesor de la universidad, es decir en las clases de la U con esos jóvenes, pero también en las investigaciones que puedo realizar para la educación de adolescentes y jóvenes, los artículos y eventualmente libros que pueda escribir al respecto y las labores que desde la U se pueden facilitar en materia de proyección social hacia las realidades juveniles. Pero eso ha implicado renunciar por ejemplo a ser “profe de cole”, a involucrarme en “diferentes voluntariados” o incluso dar “atenciones de orientación vocacional a nivel individual”. No ha sido fácil ese duelo, pero es la decisión vocacionada que he tomado según mi realidad que la Vida me está presentando. Como un bonus que tiene mucho sentido en mi vida, este blog Vida y trascendencia lo siento como mi espacio “más personal y reflexivo” para compartir mis ideas, una forma de conciliar, como un puente que la internet me permite tener con las personas adolescentes y jóvenes.
Y la segunda decisión vocacionada que les quiero compartir es la de ser un padre presente y fecundo para mi hijo. La vocación de la paternidad, si bien la había soñado muchos años atrás, Dios me la presento como una opción concreta por la cual optar hace dos años, con la noticia de que mi esposa y yo estábamos esperando a nuestro primer hijo. Y esta decisión vocacionada de ser un padre para él, ha significado realizar muchas renuncias en mi vida, y tengo aún mucho camino por recorrer y mucho que aprender, y espero hacerlo de la mano de él (como también expresé en otro de mis post recientes).
Y bueno hasta acá mis confesiones personales, ahora un “pensamiento extra”
- Pensamiento extra: La relación del concepto vocación con otras tradiciones filosóficas
El concepto de vocación nace dentro de una filosofía occidental cristiana. Y en el camino he descubierto que se puede complementar y relacionar con otros conceptos como el del “ikigai” de la filosofía japonesa, el del “sentido de vida” de un existencialismo logoterapéutico, la “narrativa de la identidad” de la teoría de construcción de carrera del life design, entre otros. Sería interesante hacer estas relaciones y otras posibles que se les puedan ocurrir, así que les dejo la invitación abierta por si alguien se anima a escribir algo al respecto.
Para profundizar en estas temáticas, puedes buscar muchos más publicaciones en la sección de este blog llamada Orientación vocacional. También les dejo al final de este escrito el tag “proyecto de vida” que los llevara a varios posts en los que he desarrollado ideas aquí mencionadas, y el link a un video de una conversación muy amena que sostuve algunos meses atrás con mi colega y amigo Joudy Villalobos de INVOCAcr:
El video es este:
La vocación y toma de decisiones en nuestros proyectos de vida. Una conversación que busca aliviarte: https://youtu.be/KPVB_1-Y_OA
Y el tag para publicaciones en este blog relacionadas con proyecto de vida es este:
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