Las identidades subjetivas desde el life design
- Mauricio J. Navarro-Bulgarelli
- 24 jul
- 6 Min. de lectura
23 de julio, 2025
Mauja Nabu
Introducción: El aprendizaje más significativo de la clase
En estos días recientes estaba revisando los comentarios que me ponían las estudiantes de la U, sobre los aprendizajes significativos que tuvieron en el curso de desarrollo personal que recién acabamos de concluir, y me sorprendí por el hecho de que varias de ellas mencionaban con una memoria muy fresca la clase cuando les dije (palabras más, palabras menos), algo como esto:
Muchas veces pensamos que tenemos solo una identidad muy personal, muy nuestra, pero en realidad no es así. Lo que somos es multitudes. Somos contradicción. Es como si dentro de nosotros habitaran muchas personas, algunas hasta muy diferentes entre sí. Y dentro de nosotros todas esas personitas dialogan entre ellas, conversan, discuten y hasta se pelean. El chiste del asunto es, en primer lugar, conocernos, escucharnos en nuestras diferentes “voces internas”. Y luego, en un segundo momento, decidir desde la consciencia, y cada vez preguntarnos, para este momento particular, a cuál “voz” de “mis voces” le voy a dar más pelota, porque para esta ocasión considero que es la que mejor me propone argumentos o acciones a tomar. Tal vez en otra ocasión le dé el gane a “otra voz” de “mis voces”. Y así seguiré toda la vida, conviviendo con esa “legión de demonios” (en términos bíblicos) discutiendo entre sí muy dentro de mí. Nunca se callan. Algunas hasta a veces gritan más fuerte. Pero el chiste del asunto está en aprender a escucharlas desde la consciencia del ser, osea como “desde arriba” o “desde lejos”, y desde ahí intentar ser como el director de la orquesta, que a veces dirige una bella sinfonía, a veces da permiso para un “solo de un instrumento” y a veces simplemente deja de que suene un caos, que poco a poco abrirá paso a la melodía interior, a nuestra propia música, o mejor dicho, nuestras propias músicas. Por eso chicas (les decía en esa clase), es normal que hoy pensemos de una forma y mañana de otra. Es más que normal, yo diría que es humano cambiar de opinión o tener dos o más opiniones a la vez sobre un mismo asunto, casi que les diría que eso lo propio de esa multidimensionalidad holística de identidades que cohabitan dentro de nuestro ser, en otras palabras, de esa multitud que nos habita. El asunto es, como dice la fábula oriental, saber que si gana el lobo blanco o el lobo negro que está dentro de nosotros, va a depender de a cuál de los dos alimentemos más. Y para ello, debemos aprender a despertar a nuestra consciencia.
Bueno, no es que haya sido textual con esas palabras lo que les compartía a las chicas en aquella tarde lluviosa de junio en la Universidad. El asunto es que la esencia del mensaje era más o menos esa, y, por lo que varias me ponían en la evaluación final del curso, este fue uno de los aprendizajes más significativos, porque les ayudo a tenerse más paz, más paciencia, más comprensión y misericordia con ellas mismas. Y estos comentarios yo los celebro, porque creo que ya por ello, valió con creces todo el semestre trabajado con este grupo de chicas estudiantes de primer año de la carrera de preescolar.
Y bueno, como parece ser un aprendizaje tan significativo, y para que no crean que solo se trata de una serie de “palabras bonitas” que me saque de “la manga”, Les comparto por acá un par de las muchas posturas teóricas desde las que nos podríamos posicionar para justificar tales afirmaciones.
Los estados del yo desde el Análisis Transaccional
En primer lugar, podríamos sustentar las ideas antes mencionadas desde el enfoque del Análisis Transaccional (AT), particularmente sobre los Estados que componen la personalidad y la forma en que interactúan entre ellos en nuestro interior:
-El Yo Padre (Crítico, Nutricio)
-El yo Adulto
-El Yo Niño (Natural, Rebelde, pequeño profesor, adaptado)
Este fue quizás el fundamento teórico de mis ideas en relación con la temática por muchos años, y todavía sigo creyendo que es un sustento válido, sólido y confiable. Pero como sospecho que la mayoría de las personas que hayan llegado hasta este punto de esta lectura (y encima tengan la gentileza conmigo de seguir leyendo aún un poquito más), es muy probable que ya manejen estos conceptos, y, sino, fácilmente los podrían estudiar por sus propios medios, ya que es un tema muy difundido y accesible, quisiera centrar hoy mi atención en otro concepto, desde otra postura epistemológica, que aunque creo que es similar y complementaria a esta, vale la pena explicarla un poco más, me refiero a:
El Sistema de identidades subjetivas desde el Life design
Este es un concepto ampliamente desarrollado por uno de los autores referentes dentro del Life design, me refiero a Jean Guichard (2001, 2005, 2009) y Guichard y Pouyaud (2015, 2019). En palabras muy sencillas podríamos decir que este concepto se refiere al hecho de que los seres humanos nos representamos a nosotros(as) mismos(as) de maneras diversas, según los diferentes contextos sociales y etapas de la vida en que nos encontremos en cada momento.
De esta manera, se crea un Sistema (es decir un conjunto dinámico, articulado e interconectado) de las formas de identidades subjetivas, las cuales no son fijas ni estáticas para toda la vida, sino que están en constante construcción y evolución. No nos construimos desde un vacío, sino que lo hacemos desde las experiencias de relación con las personas que nos rodean y con los entornos en los que nos movemos.
Además, estas representaciones del “yo narrativo” no son unitarias, sino múltiples, contextuales y en constante transformación. Estas múltiples identidades subjetivas dialogan entre sí, y por medio de esos diálogos que se van construyendo en nuestro interior las ideas, pensamientos, creencias, conductas que van orientando nuestras acciones, y que además le otorgan sentido a las experiencias personales y proyectan futuros deseados y posibles. Este Sistema es entonces una red de significados personales que media entre el Mundo interno de la persona y sus contextos dentro de los entornos socioculturales en los que se mueve.
En otras palabras, el Sistema de identidades subjetivas abarca las diversas formas en que una persona se construye a sí misma a lo largo del tiempo, considerando sus experiencias y roles pasados, presentes y futuros. Este sistema incluye también las diversas maneras en que habitualmente la persona se percibe y se relaciona consigo misma. No se trata solo de lo que se “es”, sino sobre todo del cómo la persona se percibe, se siente y se cuenta a sí misma su historia y desde esa narrativa personal se proyecta hacia el futuro.
Al ser múltiples las identidades subjetivas que tenemos, el Sistema es flexible y responde a los diversos contextos, roles y escenarios en los que nos movemos en el presente, nos visualizamos en el futuro y nos recordamos (nos narramos a nosotros mismos) que nos hemos movido en el pasado, ya sea como hijos(as), padres, madres, hermanos(as), estudiantes, trabajadores, voluntarios(as), creativos(as), divulgadores(as), deportistas, artistas, y cuantas otras “identidades” tenemos, queremos tener o hemos tenido en el entramado de nuestra vida. Además, nosotros(as) no somos siempre los mismos, por ejemplo, en el aula como estudiantes que como profesores(as), en el trabajo con nuestros(as) compañeros(as), en una fiesta con amigos, sentados en el transporte público entre desconocidos, o bien en nuestras casas con nuestros familiares, o en una salida con nuestros(as) amigos(as), en la iglesia los domingos o en la plaza de deportes el viernes por la noche. Es así como nuestro sistema de identidades subjetivas está en constante evolución y reconstrucción, porque nuestras experiencias de vida están siempre cambiando, el mundo cambia y nosotros(as) cambiamos también.
Conclusión: Implicaciones para la Orientación vocacional desde El Life design
Es así como, desde esta postura teórica, podemos concluir que más que un “somos así”, sería un “somos siendo seres en construcción y reconstrucción constante”, en palabras quizás más sencillas, “somos cambio, somos multitud, somos contradicción.”
Por esas razones, más que orientar hacia una “identidad vocacional o profesional única”, la invitación es a que acompañemos a las personas orientadas a comprender que todos(as) somos una red dinámica de identidades que coexisten, se relacionan con diálogos constantes dentro de nuestro interior y se activan en diferentes momentos.
Desde el Life design, es muy importante que la persona pueda aprender a diseñar su vida para buscar la conciliación entre estas diferentes identidades que le habitan, para que en lugar de tener que “elegir” una sola de estas “versiones suyas”, puedan aprender a integrarlas dentro de las diversas facetas de su diseño de vida, ya que somos historia en movimiento y en construcción.
Todo lo reflexionado hasta ahora en este blog nos invita a que, desde la Orientación vocacional basada en el Life design, promovamos procesos reflexivos que permitan a la persona conocerse y comprenderse, temporal y situadamente, para poder así tomar acciones acorde con sus diversos roles, realidades e identidades subjetivas, dándole sentido a las experiencias vividas desde sus identidades narrativas autoconstruidas.
Para ello debemos todos y todas aprender a tomar distancia de nosotros(as) mismos(as), para vernos desde esas múltiples identidades que somos y que conviven dentro de nuestro ser, y así tomar acciones y decisiones vocacionales de maneras vocacionadas, es decir con significados y propósitos trascendentes para nuestras vidas.

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