Tal vez solo soy identidades…

A la mitad de mi vida ya me voy conociendo.

A veces me siento libre… quizás demasiado libre

Entonces me institucionalizo

Pasa sin quererlo, pasa sin buscarlo, solo pasa...

Pareciera el paso más lógico para la realidad que estoy atravesando en aquel momento

Lo que pasa es que la realidad que estoy viviendo entonces me atraviesa

Y se me atraviesa tanto que me traspasa

Y me traspasa tanto que me atrapa…

Y entonces, sin darme cuenta, ahí estoy nuevamente

Institucionalizado, quiero decir identificado

Como si mi identidad dependiera de ese “apellido” que acabo de ponerle a mi nombre

Y entonces dejo de ser quien era, para convertirme en el que nunca fui

Pero en el fondo es el que siempre he sido, es quién soy…

Ahora lo sé, soy un buscador. Y lo que busco es ser quién soy, pero ¿quién soy?

Y aunque muchas veces he predicado el que no eres un “apellido”, a veces me siento el destinatario de aquellas palabras del Maestro, cuando dijo: “hagan lo que dicen, más no lo que hacen”.

Y es que cuando soy ese que no quiero ser, pero que en ese momento quiero serlo, sin quererlo… entonces los “otros” están mal, entonces finalmente encontré la verdad de mi búsqueda.

Y eso me vuelve a pasar solo para darme cuenta, al tiempo y nuevamente, que en realidad esa verdad que finalmente había encontrado era solo otra verdad, como la que había encontrado antes, como la que encontraré después, como la de ese “otro”, que tanto critiqué, y que, al igual que yo, también había encontrado la verdad.

Y entonces viene la desilusión, se va la pasión, y viene mi compañera la resignación.

Y entonces pasa, sin quererlo, sin buscarlo, solo pasa, que me siento de nuevo como iluminado, como levantado, como liberado…

Pero ahora sé que esa libertad es solo pasajera. Es verdadera sí, pero pasajera…

Y quizás, solo quizás, ese soy quién soy, el buscador libre que se institucionaliza para luego saber que quiere ser libre… ese que, ante la inmensidad del Todo, solo sabe refugiarse en un “algo”, que aunque pasajero, en ese momento parece real, y lo es… al menos en ese momento lo es.

Pero no todo es en vano, de cada una de esas identidades que fui, que ya no soy, que nunca fui y que a la vez sigo siendo, de todas esas sin excepción, quedan personas, vínculos, lazos, recuerdos, memorias de una vida que ha valido la pena vivir, y que esa certeza me hace pensar que lo seguirá valiendo.

Y quedas Tú, Oh Misterio, al que no tantos nombres he puesto, pero que te encuentro siempre en tres, porque Tú me enseñaste que vienes de tres en tres, hoy te llamaré: Amor, Misterio y Fidelidad.

Tal vez eso es ser fiel a mí mismo, ser un ser en construcción

Creo que eso solo el tiempo lo dirá… o, mejor dicho, lo volverá a decir.

Mauja Nabu

03 marzo 2025