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¿Cómo hablar de proyecto de vida en medio de tiempos tan inciertos?

  • Foto del escritor: Mauricio J. Navarro-Bulgarelli
    Mauricio J. Navarro-Bulgarelli
  • 3 may 2020
  • 14 Min. de lectura

Actualizado: 27 may 2024

03 mayo del 2020


Fue hace aproximadamente 10 años que empecé a escuchar del tema de la incertidumbre en los proyectos de vida, y del cómo incluso se podría llegar al punto en que no fuera posible hablar como tal de ellos. Confieso que al principio me indisponía un poco la idea ¿entonces no se puede ya planificar la vida? Para ese momento yo era un profesional joven, que empezaba a trabajar el tema tanto con grupos como en atención individual. Por lo que el asunto me resultaba particularmente incómodo en aquel momento, y es algo en lo que aún sigo pensando bastante.


A continuación, algunas ideas que han venido a mi mente en estos tiempos de COVID-19 con respecto a este tema.

 

1-Palabras iniciales


Estas son solo algunas reflexiones que tengo sobre la pregunta planteada: ¿Cómo hablar de proyecto de vida en medio de tiempos tan inciertos?

Las siguientes líneas parten de la experiencia personal (y por lo tanto subjetiva), a partir del privilegio que he tenido de poder acompañar a personas en momentos como las llamadas transiciones, los llamados turning points (Blanco, 2011) y también a partir de la buena fortuna que he tenido de ser acompañado en los momentos en que la vida me ha pedido reinvertarme a varios niveles, tomando en cuenta alguna literatura relacionada con la temática.


Hoy, quizás más que antes, todas y todos tenemos la certeza de que el mundo seguirá cambiando, y en medio de tanta incertidumbre, ya sea que estés en el momento de tomar decisiones relacionadas con estudio, trabajo, relaciones personales, lugar de residencia, viaje o cualquier otro gran proyecto en tu vida, que te llama a reinventarte, quizás estas sencillas reflexiones te puedan ayudar. Es por esto que las comparto, porque tal vez puedan ser de utilidad en tus propias reflexiones personales.


El cambio es la constante en nuestros tiempos. En medio de nuestro contexto sociohistorico, para muchos es difícil sentir pertenencia a una organización por un tiempo prolongado. Las personas cambian de puesto, lugar de trabajo, lugar de residencia, organización política, social, comunitaria o religiosa, relaciones personales y otras similares con cada vez más frecuencia. Algunas veces por decisión más o menos consciente, otras simplemente porque las circunstancias no les dejan otra opción.


En medio de este panorama, podremos encontrar tendencias que invitan a seguir planificando la vida, al estilo del five-years plan (pienso adonde me visualizo en 5 años a nivel laboral, de estudio, relaciones, entre otras áreas de la vida y a continuación establezco los pasos que se deben seguir para alcanzarlo). Por otro lado, también hay tendencias que más bien dicen que se debe vivir solamente el aquí y el ahora, ya que el futuro no lo podemos visualizar, por tantos aspectos que no podemos controlar.


Como muchas cosas en la Vida, considero que no es “ni blanco ni negro”. Quizás la respuesta que buscamos esté en algún “punto gris” del continuum que puede haber en el medio de estas tendencias. No son las únicas formas de interpretar los proyectos de vida, de hecho, en la literatura se pueden encontrar varias maneras de trabajar la temática. Intentare desarrollar algunas ideas a continuación.

 

2-El futuro: Los sueños de vida en este tiempo incierto.


Creo que nunca deberíamos perder nuestra capacidad de soñar, porque entonces podríamos correr el riesgo de ser mas vulnerables ante la masificación y manipulación de un sistema que desea que nos volvamos autoreferenciales/individualistas, y por ende “ciegos” a las injusticias y actos violentos que crean nuevas pobrezas en el mundo, no solo a nivel material, sino también intelectual, afectiva y espiritual (SEJ-CELAM, 2004). Al sistema lo que más le interesa es “vendernos sueños” que los “hacen a nuestra medida”, con base en el perfil de consumidor que nosotros mismos permitimos que se hagan por nuestra huella digital. Mientras más consumamos, mejor respondemos a lo que se espera de nosotros.


Ante este panorama, quizás lo que podríamos afinar entonces es nuestra manera de soñar. Mi propuesta es que sea menos desde el hacer o el tener, y más desde el ser y el amar. No creo que haya en sí mismo nada de malo en soñar con tener algo o hacer cualquier cosa. Pero en tiempos de incertidumbre, en esta “modernidad liquida” que nos plantea Bauman (Bauman; Leoncini, 2018), quizás los sueños que más nos podrían motivar son los que se sustentan desde aquello que está más en nuestro interior, que es menos propenso al cambio, y por lo tanto un poco más estable. Me refiero a nuestros valores e ideales. Parafraseando a D’Angelo (1999), plantear los proyectos de vida individuales y colectivos, partiendo desde los valores éticos.



Para explicarme mejor, me gustaría desarrollar la imagen del horizonte en el mar. En lo personal me gusta mucho estar en la playa viendo al horizonte, ya que me suelo plantear pensamientos de futuro. Parafraseando a Eduardo Galeano, podemos decir que si un barco navega tratando de alcanzar el horizonte, nunca lo logrará, porque éste siempre se le moverá hacia adelante. Pero entonces, ¿para que sirve el horizonte? Justamente para eso (concluye Galeano), para avanzar. Es decir, sirve para caminar.


Así que, si de verdad queremos “avanzar/crecer/caminar” en la vida, quizás antes de pensar demasiado en las preguntas del tipo: ¿Qué me gustaría estudiar y adónde? ¿en que podría trabajar? ¿sería bueno renunciar a este lugar de trabajo y buscar otro? ¿Cuál nueva empresa puedo emprender? ¿Valdrá la pena hacer la inversión/gasto para adquirir eso? ¿Quiero seguir con esa relación? ¿Qué es lo próximo que me voy a comprar? ¿Valdrá la pena seguir perteneciendo a esta organización política/religiosa/social?


Podríamos primero pensar un poco más en este otro tipo de preguntas:


  • ¿Cuáles ideales quiero perseguir?

  • ¿Cuáles son los valores que decido (en libertad y con responsabilidad) que guíen mi vida?

  • ¿Quién soy y quién quiero ser?

  • ¿Cuál necesidad de la humanidad me inquieta, me preocupa y me gustaría ayudar a satisfacer?

  • ¿A qué me siento llamado(a) para que por medio de mi vida pueda aportar a que este sea un mundo mejor?

Y luego, a la luz de estas reflexiones sobre mi filosofía de vida, puedo valorar mejor las opciones que tengo con otras posibles preguntas, tales como:


  • ¿Esta opción me hace bien a mi vida en este momento?

  • Al tomar esta decisión, ¿estaría siendo fiel a mí mismo(a) o me estaría traicionando?

  • Si tomo esta opción, ¿siento que estaría “avanzando/creciendo/caminando” en mi vida?

  • ¿Esto tiene sentido en mi vida?


Y algunas otras preguntas que la logoterapia (Bruzzone, 2011) nos aporta en la misma línea para poder valorar las opciones son las siguientes:

  • ¿Esto me emociona?

  • ¿Esto construye vida?

  • ¿Esto es bueno para mí? (yo le agregaría: ¿es bueno para mí en este momento de mi historia personal?)

  • ¿Siento que esto me llama, me atrae?

  • ¿Esto me hace sentir pleno?


Quizás estas preguntas nos ayuden a reflexionar para tomar decisiones con propósito y que tengan sentido para nuestra vida. Le agrego una más:


¿Estoy dispuesto(a) a asumir las renuncias y sacrificios que implicar tomar esa opción?

Después de todo, toda decisión implica ante todo renuncias. La así llamada “generación liquida” (Bauman, Leoncini, 2018) quiere tenerlo todo “ahora”, no desaprovechar ninguna oportunidad. Sin embargo, en la vida hay que tomar opciones. No se puede tener todo. Ni todo lo verdaderamente bueno esta caracterizado por la inmediatez. Renunciar a lo innecesario, para quedarse solamente con lo verdaderamente importante, parece ser una buena forma de poder construir proyectos de vida en los tiempos que estamos viviendo. Menos es más.

Además, debemos saber que cualquiera que sea la elección que tomemos, la misma nunca nos hará sentir totalmente satisfechos(as), la satisfacción siempre será parcial (Rascovan, 2013). Me gusta decirle a las personas orientadas, que si una opción me satisface/apasiona digamos un 70%-75% en una escala de 0% a 100%, entonces es una buena opción para tomar en cuenta. Difícilmente encontraremos algo o alguien que nos satisfaga al 90%-95%, y ciertamente en casi nada en la vida existe el 100% de satisfacción/pasión.

Desde la logoterapia, Bruzzone (2011) nos explica que cuando buscamos con muchas fuerzas solo nuestro propio bien, en lugar del altruismo, perdemos dedicación a las tareas vitales, descuidamos los vínculos afectivos y sociales y, paradójicamente, nos alejamos de la autotrascendencia. En cambio, si nos ocupamos más en el cómo poder trascender hacia dar frutos a los demás, entonces la autorrealización personal vendrá por añadidura.

En un mundo tan acelerado como el nuestro, quizás podríamos optar por menos inmediatez, más pausa. Más tiempo para “pararnos”, y en este alto reflexionar sobre quienes somos y quienes queremos ser. (Moura, Noaes, Patta, 2014).

 

3-El Presente: El camino de la vida

Me gusta decirles a las personas que tengo el privilegio de orientar, que de la vida no podemos esperar respuestas dadas, sino “luces”, que son como señales que nos ayudan a iluminar un poco nuestro caminar, clarificando un poco algunas áreas de la vida, para poder tomar decisiones que tengan sentido para nuestra propia existencia. Claro que a esas señales es necesario darles un significado. Ese significado será siempre subjetivo, desde lo que Alberto Puertas (2014) llama representaciones de la realidad. Lo importante es que tenga sentido en lo que somos y queremos ser, y por ende nos ayude a caminar.


Para ampliar la imagen de “la luz”, siempre me gusta hacer referencia al pasaje de los Reyes Magos. Se puede decir que ellos tenían “un horizonte”, el encontrar al Niño. Pero no sabían exactamente hacia adónde ir. Entonces empezaron a caminar, y fue en el camino que se les apareció la estrella que los guio. Si se hubieran quedado paralizados por miedo a no encontrar la ruta por la cual ir, jamás hubieran visto la estrella (Navarro, 2012). Muchas veces es así en la vida, no se puede esperar a tener “todas las certezas, todos los pasos a seguir” para empezar a caminar. La mayoría del tiempo basta tener un “horizonte más o menos claro”, y empezar a caminar con algo de miedo hacia el, y en el camino, si estamos bien atentos(as), veremos no una, sino varias luces de estrellas que nos ayudarán a guiar un poco más nuestro camino. Aveces, para ver estas “luces”, debemos ser humildes. La humildad nos abre los ojos para ver opciones adonde antes la arrogancia/orgullo no nos permitía ver nada. Lo importante es caminar, aunque muchas veces toque caminar con miedo, sin olvidar al poeta: “caminante no hay camino, se hace camino al andar…”


Caminar significa “salir” de la comodidad, de lo cotidiano, es decir aventurarse. Significa encontrarse con otros, con oportunidades, con ideas. Y al hacerlo, podemos alzar la mirada, y ver nuestra vida desde otras perspectivas. El ser siempre está en construcción y reconstrucción, es decir, más que un destino, es siempre un camino.


¿Y como podemos caminar en el presente? Sin duda, con los recursos que tenemos. Con lo que se tiene ahora en la vida es que se construye el proyecto de vida, no se puede construir con cosas que no tenemos. Parafraseando a Alberto Puertas (2014), la “carrera” no se desarrolla, sino que se construye a partir de la puesta en práctica de nuestras decisiones, dándole un significado personal a nuestros pasos en el camino de la vida.


Se debe saber cómo está “nuestro presente”, con cuáles recursos se cuentan ahora. Sería un error concentrarse en lo que no se tiene, porque se podría perder de perspectiva lo que se cuenta en el ahora. Muchas veces por lamentarse por lo que no tenemos, dejamos de ver las “luces” que se muestran en nuestro camino. Con lo que se tiene hoy, con humildad, esfuerzo y responsabilidad, se puede construir el camino para el futuro.


Para poder reconocer los recursos presentes, es sano tener la buena costumbre de agradecer. Esto sin duda nos ayuda a estar más atentos a “las luces” en nuestro caminar. Piensa en lo que quieres agradecer hoy: las cosas, personas, los vínculos afectivos con familiares y amistades, las oportunidades, los ideales, sueños, lugares, organizaciones, habilidades, opciones con las que cuentas. Haz una lista. Intenta agregar al menos un punto cada día. Esto te ayudará a enfocarte.


Estar presente en el presente, nos ayuda a tener una consciencia de presencia. Viviendo un buen presente se puede forjar un buen futuro, pero no es necesario esperar a que este futuro llegue para ser felices; se puede ser feliz caminando el presente, siempre que se sienta que es un buen camino, uno que nos hace crecer/avanzar. Abraza tu presente, imperfecto como es. Vívelo, disfrutando de la simpleza en las experiencias de la vida. No vaya a ser que te estés perdiendo de la belleza de la vida, por no estar presente en el presente.


El Papa Francisco, en Laudato Si (2015), nos recuerda que somos seres limitados. No somos dioses, no somos creadores, sino creaturas. Esta perspectiva nos ayuda a dar lo mejor que podemos hoy, con nuestra realidad, con nuestras limitaciones. Sin juzgarnos por lo que no podemos. Pero haciendo todo lo posible desde nuestras posibilidades y siendo conscientes de nuestra limitada humanidad.


Con esta perspectiva podemos salir a los (al menos cuatro) encuentros que la vida nos plantea. El encuentro con nosotros mismos, con los demás, con la naturaleza y con Dios. Francisco nos invita a sentirnos responsables los unos de los otros, a ser responsables del cuidado de la casa común. Creo que esta reflexión vale la pena para todos y todas, en este tiempo que nos tocó vivir. Este presente puede ser parte del proyecto de vida de todos y todas, para poder construir juntos un mundo mejor, cada uno dando su aporte personal, para que este mundo sea cada vez más humano, más solidario, más justo, más en armonía con el ambiente. Por nuestro bien y el de nuestros hijos.

 

4-Mi trayecto pasado es parte de mi vida.


Viktor Frankl solía decir que “Haber sido es la forma más segura de ser”. Cualquiera que sea el proyecto que nos estemos planteando en la vida, nunca partirá “de la nada”. (Bruzzone, 2011)


Todos y todas tenemos una trayectoria de vida, de la que partimos para vivir el presente y construir el futuro. Reconciliarnos con nuestro pasado es muy importante para construir nuestro proyecto de vida.


En medio de tantas inseguridades dadas por la incertidumbre de la que hemos venido hablando, podemos buscar en nuestra trayectoria algunas “luces” que nos puede dar alguna seguridad. Preguntas como:


• ¿En el pasado me he enfrentado a alguna circunstancia similar? ¿Como la pude enfrentar? ¿Que recursos me ayudaron en aquel momento a salir adelante? ¿Los podría utilizar de alguna manera similar en el presente?


• ¿Que aprendizajes puedo valorar de las experiencias pasadas y que me podrían servir en el presente?


Otro aspecto valioso de valorar sobre mi pasado son las personas que han tenido influencia en mi vida. Un buen ejercicio es pensar:

-¿A quién he admirado en la vida? ¿Qué es lo que admiro de esa persona? ¿En qué me parezco o quiero parecerme a esa persona? El personaje en el que se piense puede ser real o ficticio, puedo conocerse en persona o no. Lo importante es lo que yo vea de la persona, ni siquiera es importante si esto que veo se apega a la realidad. Sino lo que analizo que me puede decir sobre mi trayectoria y mi filosofía de vida (Puertas, 2014).

 

5-El manejo de la incertidumbre en los proyectos de vida


En el 2018, el orientador Osvaldo Murillo desarrolló un ensayo que llevaba por título: La Incertidumbre en la construcción de proyectos de vida: Criterios para los procesos de Orientación. En las referencias les dejo el link para quién quiera tener el gusto de leerlo completo.

A continuación, voy a mencionar algunas de las que para mí son sus principales conclusiones, con algunos pequenos análisis hechos por mi persona, que pueden ayudarnos bastante en el tema que nos ocupa acá:


Lo primero es una de las definiciones que este orientador plantea para proyecto de vida:

…construir un proyecto de vida implica en un primer momento un diálogo con lo desconocido que permita la organización de las ideas para concretar un diseño viable y en un segundo momento la ejecución de ese plan; no obstante poner en práctica dicho plan implica exponerlo a una serie de variables que lo pueden modificar parcial o totalmente. (p. 352)


Al hablar de estas variables que pueden modificar el plan de vida, el autor nos introduce el tema de la incertidumbre, la cual desarrolla en algunas ideas que paso a presentar brevemente (pp. 351-354):


  • La incertidumbre puede ayudarnos, al ponernos dudas, cuestionamientos que nos impulsen a buscar nuevas respuestas. En la búsqueda de estas respuestas, se puede motivar nuestra creatividad.

  • Los eventos no esperados pueden traen consigo nueva información y nuevas experiencias que podemos incorporar creativamente a nuestra vida.

  • La incertidumbre puede entonces impulsarnos al cambio, al reinventarnos y así poder adaptarnos a la nueva situación que se nos presenta,

  • Podemos asimilar o bien integrar las nuevas situaciones no planeadas, preguntándonos ¿Qué nos pueden aportar para nuestro bienestar integral?

  • La incertidumbre también podría cumplir la función de llamarnos la atención en cuánto a que nos falta más información sobre una situación específica, o bien organizar mejor la información con la que contamos, resignificándola. Es decir, dándole un significado nuevo para nuestra vida, desde el momento actual que estamos viviendo, con todas las particularidades del mismo, que no es igual al que era antes.


Sobre la definición de la incertidumbre, este autor la presenta como “aquella energía que genera un movimiento, sin una dirección o patrón particular, que impulsa a las personas a generar cambio, crecimiento y trascendencia.” (p. 353)


En esta misma propuesta, se habla de la importancia de poder ser flexibles ante los cambios que el ambiente pueda pedirnos que tengamos a nuestro proyecto de vida, sin por eso perder la esencia del mismo. “Es decir que, independientemente del cómo y el cuándo, existe un qué, que permanece” (p. 353). Esta parece ser una invitación a preocuparnos más por el ser y por el amar, que por las formas en que se materialicen (el hacer o el tener por ejemplo).


Esta idea me recuerda lo que M. Savickas (mencionado por Dix, 2020) llama el tema de la carrera, es decir “la idea central dentro de la historia de la vida de una persona, el sentido de vocación, propósito o aspiración en torno al cual otros significados y valores tienden a agruparse…” (Dix, 2020: p. 18).


Volviendo a la propuesta de Osvaldo Murillo (2018), el autor indica que se debe prestar atención al establecimiento de un compromiso de acción inmediato para con el propio proyecto de vida, de manera que pueda dar un paso importante de sus intenciones a la práctica en el presente que se esté viviendo, como se desarrollo anteriormente en el apartado del presente.

 

6-Palabras finales

Al hablar de proyectos de vida en estos tiempos tan inciertos, quizás debamos dejar un poco de lado (aunque no totalmente claro) las ideas de metas, destinos, propósitos. Y más allá de ellos, lo podríamos ver más como caminos a recorrer, horizontes a perseguir y sentidos a descubrir. Más que de futuro, hablar de un presente, que se comprende desde el pasado y entonces se puede a partir de ahí plantear el mañana… Hablar más desde el SER, desde el AMAR y menos desde el hacer o el tener. En ese sentido la vida misma es nuestro proyecto más importante.


Concentrarse en el servir a los demás, sin olvidarse de uno(a) mismo(a). Así la vida podría tener más sentido, sin duda será fecunda, y podrías ser más feliz en el caminar. El dinero, el éxito, el poder y otros similares, son secundarios, y llegan por añadidura, cuando se dedica la vida a una causa superior, por medio de asumir con libertad y responsabilidad el aporte personal a ser una mejor persona, para construir así juntos un mundo mejor.

 

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Referencias:

Bauman, Z; Leoncini, T (2018). Generación liquida. Transformación en la era 3.0. Editorial Paidos. Barcelona, España.


Blanco, M (2011). El enfoque del curso de vida: orígenes y desarrollo. Revista Latinoamericana de Población, vol. 5, núm. 8, enero-junio, 2011, pp. 5-31 Asociación Latinoamericana de Población Buenos Aires, Organismo Internacional. Buenos Aires, Argentina.


Bruzzone, D. (2011). Afinar la conciencia. Educación y búsqueda de sentido a partir de Viktor E. Frankl. Editorial San Pablo. Buenos Aires, Argentina.


D’Angelo, O. (1999). Valores, sociedad y creatividad. CIPS, Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas. La Habana, Cuba.


Dix, H. (2020). From Writer’s Block to Extended Plot: Career Construction Theory and Lives in Writing, Life Writing, 17:1, 11-26. Taylor and Francis Group, United Kingdom.


Francisco (2015). Laudato Si. Enciclica Papal. Impresiones Vaticano. Ciudad del Vaticano.


Moura, M; Noaes, I; Patta, M. (2014). O desaio da orientação proissional com adolescentes no contexto da modernidade líquida. Universidade Federal de Santa Catarina, Florianópolis/SC, Brasil


Murillo, Osvaldo (2018). La Incertidumbre en la construcción de proyectos de vida: Criterios para los procesos de Orientación. Disponible en la Memoria del II Congreso del Colegio de Profesionales en Orientación, Heredia, Costa Rica. Paginas: 349-364. La memoria completa esta disponible en: https://congreso2018.cpocr.org/wp-content/uploads/2018/04/Memoria%20Congreso%20de%20Profesionales%20en%20Orientación%202018.pdf


Navarro, M. (2012). Los 6 pasos del proyecto de vida de un joven. Un modelo de orientación vocacional desde la pastoral Juvenil. Colegio Saint Francis, San José, Costa Rica.


Puertas, A. (2014). Paradigmas y prácticas para la intervención de la carrera en el siglo XXI (Basado en The Theory and Practice of Career Construction de Mark L. Savickas). Memoria del I Congreso del Colegio de Profesionales en Orientación, Heredia, Costa Rica, pág 35-65


Rascovan, S. (2013). Orientación vocacional, las tensiones vigentes. REMO: Volumen X, Número 25. Mexico.


Sección de Juventud del Consejo del Episcopado Latinoamericano (SEJ-CELAM) (2004). Proyecto de Vida: Camino Vocacional de la Pastoral Juvenil. Aportes y reflexiones de la Pastoral Juvenil Latinoaméricana. Colección Documentos CELAM No. 162. Bogotá, Colombia




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2 Comments


sussysand
sussysand
May 04, 2020

Palabras muy valiosas, y es que muchas veces en la lucha por alcanzar esas metas trazadas perdemos el rumbo de quien somos o quien queremos llegar a ser . El artículo me recordó mi esencia y mi propósito único amar y ser , gracias !!!

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Mauricio J. Navarro-Bulgarelli
Mauricio J. Navarro-Bulgarelli
Oct 01, 2022
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Gracias Sussy por tus palabras. Valoro mucho tu comentario y tu apoyo siempre a lo que escribo. Me alegra muchísimo que este post y el blog en general lo encuentres de utilidad. ¡Un abrazo!

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