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 ¿Cómo tomar decisiones de vida de manera equilibrada, es decir que me ayuden a lograr el balance en mi vida?

  • Foto del escritor: Mauricio J. Navarro-Bulgarelli
    Mauricio J. Navarro-Bulgarelli
  • 23 feb 2024
  • 8 Min. de lectura

Actualizado: 27 may 2024


22 de febrero, 2024

 

 

El discurso de “nuestros tiempos”

 

-“Tu puedes ser lo que quieras ser”, sentencia tajantemente la industria…

-“No renuncies a nada, persigue tus sueños, pruébalo todo” parece decirnos diariamente los bombardeos publicitarios que consumimos en redes sociales, casi sin darnos cuenta…

-“Los otros ya lo lograron, solo mira sus publicaciones, tu sal y hazlo también” parece ser el gran motivador de nuestros días…

-“Tu puedes ser el autor de tu vida, diséñala como quieras, se el arquitecto de tu propio destino”

 

Y el clásico de clásicos:

-“Encuentra un trabajo que te apasione, y no tendrás que trabajar el resto de tu vida”

 

Y en medio de todo esto, no te olvides de ser un buen(a) estudiante, un buen(a) trabajador(a), un buen hijo(a) y un buen padre/madre, además de ser un(a) buen(a) ciudadano(a), con servicio de voluntariado en alguna ONG o iglesia, sin dejar de lado el perseguir los sueños personales. Y claro, estudia al menos 2 carreras y un idioma, ordena tu estilo de vida para poder llevar finanzas sanas (tener libertad financiera como le llaman ahora), sin olvidar ser un(a) amigo(a) presente, y claro, cuidar de la alimentación, el sueño y por supuesto hacer ejercicio (ya no 3 veces a la semana mínimo como decían en mis tiempos, ahora resulta que por lo menos 5…)

 

Ni hablar de ser una persona en busca de vivencias espirituales, que practica yoga, meditación, el famosísimo mindfulness, o bien el más tradicional método occidental de la oración o la lectura de los libros sagrados según la propia denominación religiosa…

 

Si eres empleado, entonces conviértete en emprendedor (o mejor aún, los dos al mismo tiempo). Y si ya eres emprendedor es hora de ser empresario…

 

Y bueno en medio de todo este caos tan complejo, el consejo de nuestros tiempos es:

busca el equilibro, busca el balance en tu vida…

 

Y a todo esto yo me pregunto:

 

¿Será esto humanamente posible? ¿Me alcanzará la vida pa’ tanto?

 

Creo que todos y todas sabemos la respuesta. Por supuesto que NO. Es más, me atrevo a decir que no existe un ser humano que realmente haya logrado todos estos mandatos sociales que acabo de mencionar arriba (y otros muchos que no están ahí escritos).

 

Pero si todos sabemos la respuesta, ¿por qué será que todos y todas insistimos en buscar ese balance, ese equilibrio, ese “justo punto medio”? Y ahí vamos por la vida frustrándonos porque claramente no logramos el bendito equilibrio (salvo pocos días que con un esfuerzo descomunal nos sentimos equilibrados, pero claramente es un sentimiento que no logramos sostener por mucho tiempo).

 

Bueno es que justamente el ser humano, por naturaleza, está en desequilibrio, y es ese desequilibrio el que lo mueve a buscar el equilibrio, y esto es lo que lo motiva e impulsa a la acción, al cambio, al mejoramiento personal, al crecimiento. Esta es la paradoja: todos y todas sabemos que nunca lo vamos a alcanzar, pero lo buscamos como si todo dependiera de nosotros, y eso es lo bueno, que nunca lo alcancemos, es lo bueno, porque significa que seguiremos moviéndonos, avanzando, creciendo. El agua estancada no sirve para nada, al ser hay que dejarlo fluir, en medio de su caos, es ahí en donde puede ser y crecer.

 

Pero esto me suena a algo muy filosófico, no lo veo tan práctico”

 

Más o menos esta fue la respuesta que una colega me dijo cuando estaba exponiendo estas ideas en una capacitación que estaba facilitando. “Sí, lo es” -le respondí-, pero sirve de base para comprender la respuesta que propongo, a la que, a mi entender, deberíamos darle más énfasis desde la Orientación. Y esta idea, en realidad no es original mío. Por ejemplo, un autor que la desarrolla muy bien en sus escritos para vivir en medio de un mundo incierto como el nuestro es Osvaldo Murillo. Pero déjenme presentarla con mis “propias palabras”. Les presento a:

 

La CONCILIACION.

La respuesta no está en la búsqueda del equilibrio “total”, que, como ya reflexionamos juntos y juntas, no existe. Mejor eduquemos en el arte de conciliar diversas áreas de mi vida. Pero la conciliación viene acompañada de su pareja inseparable, que es el sacrificio (si se quiere y aún mejor, la renuncia). Es decir, no lo puedo tener todo en la vida, no todo depende de mí, hay cosas que, por más que me esfuerce porque pasen, no van a pasar. Y hay cosas que, por más que me esfuerce porque no pasen, sí van a pasar. Entonces aprendamos a renunciar a ciertas cosas, y eduquemos en la renuncia. De hecho, toda decisión es, en sí misma, un conjunto enorme de alternativas a las que renuncié implícitamente. Voy a dar ejemplos para intentar darme a entender mejor:

 

Veamos un ejemplo

Empecemos por el más clásico. Mi pasión es la música, pero no logro sostenerme económicamente con ella. Entonces tengo un trabajo de tiempo completo en otra cosa (digamos, por ejemplificar nada más, en un call center). Muy bien. Está claro, no me gusta mi trabajo, pero necesito el dinero. ¿Pero y la música? No quiero renunciar a ella, pero no tengo tiempo para ensayar mi instrumento todos los días con la disciplina que quisiera. Bueno entonces, está claro (al menos parcialmente). Seguramente es hora de renunciar a la idea de vivir de la música (al menos en el presente). Pero eso no significa renunciar a la música. Puedo conciliar, por ejemplo, conformando un grupo musical amateur que, todos los viernes en la noche, nos reunimos a tocar juntos, y por ahí buscamos algún camarón los fines de semana, muy de vez en cuando. Y esto ya es conciliar mi pasión (la música) con mi ocupación (el call center)

 

Otro ejemplo más:

Quiero entrar a estudiar una maestría, y el horario es de 4 o 5 días a la semana por las noches. Trabajo tiempo completo. Es decir, durante los 2 o 3 años que dure estudiando la maestría, probablemente tenga que sacrificar fuertemente mi tiempo familiar, el no poder mantener el oficio de la casa al día y las salidas con amistades. Si decido estudiar de todos modos el posgrado (porque sí, algunos somos medio masoquistas y aun así optamos por llevar uno o varios posgrados), pues sin duda que tengo que renunciar, al menos por ese tiempo, a pasar mucho tiempo con mis seres queridos, o a pretender mantener la casa impecable. ¿Y cómo lo podría conciliar? Bueno, eso depende de cada quién. Opciones podrían ser, vivir los domingos como “tiempo sagrado” para la familia y amigos, es decir no hacer nada de la maestría ni del trabajo (ni del oficio de la casa), para dedicarlo por entero a mis seres queridos. Pero eso en sí mismo ya lleva otra renuncia, otro sacrificio. Muy probablemente no me convierta en el mejor estudiante del posgrado, aunque quizás sí me alcance para pasar bien (si soy responsable, claro). Y eso también es conciliar. ¿Y el oficio de la casa? Bueno, que siga esperando…

 

 

Tercer y último ejemplo por hoy:

Quiero sacar espacio de mi apretada agenda para alguna práctica espiritual, pero no sé qué sacrificar. Al final, casi siempre la opción en estos casos es, sacrificar horas sueño (levantarse más temprano que de costumbre o bien acostarse más tarde). Posiblemente solo así podré conciliar mi apretada agenda con la practica espiritual que quiero integrar a mi vida.

 

 

Cosas importantes de la conciliación:

Es como una negociación, a lo interno de uno mismo(a) y con los demás. Implica renuncias, sacrificios. Implica que aveces priorice unas areas de mi vida por sobre otras, y otras veces al reves. Es saber que no puedo “quedar bien con todo y con todos”. Al final del día, es un poco decidir con qué o quién quiero quedar un poco mejor, y con qué o quién decido quedar no tan bien (sin con esto promover para nada la mediocridad, ojala no se me malinterprete por ahí).

 

Otro aspecto importante para reflexionar es que la conciliación debe poder sostenerse por un tiempo más o menos estable. Digamos unos 3-4 meses al menos. Porque si tomo decisiones en busca de conciliar diversos aspectos de mi vida, pero implica sacrificios tan grandes que no son reales ni viables de sostener por más de unos pocos días, entonces quizás por ahí vale la pena replantearse esas decisiones “conciliadoras” que estoy tomando. Y recuerda que No existen fórmulas predeterminadas que te explique cómo conciliar, esto lo decide cada persona.

 

Algunas preguntas interesantes que podrían servir en esto de buscar la conciliación en la vida:

 

•       ¿Qué harías si no tuvieras que trabajar por dinero?

•       ¿Cómo puedes encontrar un «espacio» de tu vida adonde puedas realizar, aunque sea un         poco, tu respuesta a la pregunta anterior?

•       ¿Qué puedes hacer para empezar a ver tu   trabajo que haces por necesidad, como una            forma de servir y una oportunidad para estar agradecido(a)?

•       ¿ A qué estás dispuesto(a) a renunciar para poder vivir como quieres hacerlo?

 

En síntesis, educar en la CONCILIACIÓN implica educar en las RENUNCIAS

 

 

Una “nueva” paradoja

Las paradojas y las metáforas parecieran ser buenos puntos referenciales para navegar por este mundo posmoderno, incierto y cambiante como el que tenemos hoy. No lo digo solamente yo, ya lo postulaban autores como Gelatt en los noventas, o bien Murillo en el tiempo más presente. Partiendo de estas posturas, y a partir de una reflexión que he podido tener con varias personas colegas de la Orientación en los últimos meses, quiero presentarles una “nueva” (entre comillas, porque de nuevo no tiene mucho) paradoja, y es la siguiente:

 

En lo referente a las elecciones vocacionales: Diversifícate todo lo que puedas, pero especializándote en algo base, aunque luego cambies de especialización gracias a la diversificación…

 

Es decir, para poder conciliar las exigencias del mercado laboral actual, sumado a la amplia oferta educativa del sector terciario de la educación, y a mis muchos y cambiantes deseos y aspiraciones, debo un poco desarrollar un pensamiento «más allá» de las disciplinas o carreras, es decir ser un poco más (in)disciplinar, o, para ser menos tajante, tener una mente abierta más a lo multi e interdisciplinar (ya mejor ni menciono transdisciplinar, porque suena un poco utópico, aunque quizás para ahí deberíamos apuntar),

 

Relacionado con lo anterior, como lo he dicho en múltiples ocasiones en este blog, hoy en día se debe promover que las personas diversifiquen sus fuentes de ingresos, pero NO por ellos promover que todo se tiene que monetizar.

 

Otra posible respuesta a la búsqueda de equilibrio que nunca se alcanzará podría ser…

 

Las decisiones vocacionadas

Que, como he planteado anteriormente, a mi entender se refieren a aquellas decisiones de vida que responden de manera consciente a los llamados (las vocaciones) que la persona intuye tener, a partir del análisis de su realidad, la búsqueda y significación de las experiencias culturales y la conciliación entre las oportunidades reales de estudio/trabajo y el aporte a la sociedad…

 

Pensamientos extras 1

(Es decir algunas frases que no supe como ligar en este post, pero que no quiero dejar de mencionar por hoy):

-La Curiosidad es la antesala a la creatividad y la innovación.

-Toma de decisiones aumentada:  Es decir utiliza la Inteligencia Artificial, pero tomando en cuenta tu análisis y tu intuición.

-No se puede diseñar la vida, hay muchos factores que no puedo controlar. Pero sí puedo diseñar (y rediseñar) las narrativas con las que narro el significado que le doy a lo que he vivido y a lo que estoy viviendo, para construir una identidad narrativa que me ayude a “escribir el siguiente capítulo de mi vida”

 

Pensamiento extra 2

Agradezco las muestras de cariño de varias personas que me han preguntado con genuino interés por qué no había vuelto a escribir nada en este blog desde hace ya ratillo. Pues resulta que, en efecto, tuve que tomar decisiones para buscar conciliar mi vida familiar, profesional y personal, y bueno parte de esa conciliación resulta en el sacrificar algunas de mis pasiones y proyectos más personales, como por ejemplo este blog. Sin embargo, hoy pude sacar el espacio para publicar estas ideas, que en realidad llevan dando vueltas en mi cabeza mucho tiempo. Espero poder seguir publicando cada cierto tiempo, como siempre esperando que algo pueda ser de utilidad para las personas que acompañamos a jóvenes en sus tomas de decisiones de vida, y para todo el que lo lea en general.

 

Nos seguimos encontrando en el camino.




 

 

 

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