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Lo que me deja vivir en tiempos de Coronavirus

  • Foto del escritor: Mauricio J. Navarro-Bulgarelli
    Mauricio J. Navarro-Bulgarelli
  • 25 abr 2020
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 13 abr 2022

25 abril 2020

Se acerca el fin de la fase 1 de la emergencia por COVID-19. Es mucho lo que me deja vivir en aislamiento social por varias semanas. No pretendo decir que las reflexiones que propongo a continuación son de mi autoría, de hecho, la mayoría (sino todas) las he escuchado o leído de otras personas. Tampoco pienso que esto sean verdades absolutas que le pueden servir a todas las personas por igual. Puede que alguno esté de acuerdo conmigo solo en parte o en nada, y piense diferente a mí en algunas cosas, y eso se vale. Solo digo que los siguientes pensamientos los he interiorizado bastante en este tiempo de pandemia, y me hacen bien. Por eso los quiero compartir, por si a alguien más también le pueden hacer bien…


 

-Tengo derecho a días malos

Al inicio de la cuarentena vi muchas publicaciones en redes sociales en la línea de “si no lees un libro nuevo o aprendes un nuevo idioma, sino estudias algo nuevo en la cuarentena, es porque eres indisciplinado, porque no aprovechas bien el tiempo”, y la verdad al principio me la creí…. Pensé que a la vuelta de varias semanas sin duda podría leerme un par de libros extras (aparte de los que ya debo leer por mi trabajo/estudio), aprender mucho mejor el idioma que estoy tratando de aprender, y quizás hasta empezar un nuevo proyecto. Pero al pasar del tiempo me di cuenta que los días de aislamiento social, en algunos casos venían acompañados por sentimientos de ansiedad, angustia, tristeza y algunas veces hasta un poco de nostalgia… Al principio me sentía un poco culpable por esto, pero gracias a las conversaciones con familiares y amigos, y algunas lecturas que me hicieron mucho bien, me percaté de algo: se vale tener días buenos y días malos. Y vaya sorpresa, al final de la cuarentena vuelvo a ver atrás y veo que pude salir avante (a veces con mucho esfuerzo extra necesario) con las responsabilidades ya adquiridas (estudio/trabajo, casa, etc), y muy poco más… Pero me tuve misericordia. Dejé de pedirme más. Soy humano, es decir un ser limitado. Hago lo mejor que puedo con los recursos que tengo, y esto es lo que pude en la cuarentena… y está bien.

 

-La gente siempre es valiosa

Siguiendo la idea de lo dicho antes, leí otras publicaciones como: “después de la cuarentena quédate con quien sí te busco”. Pero la gente siempre es valiosa. Yo mismo muchas veces no he estado en las condiciones de buscar a tantos familiares y amigos que quizás me hubiera gustado hablarles un poco más. Ni atender a tantas reuniones virtuales que en las últimas semanas se han vuelto muy de moda. Y no está mal. Todos estamos tratando de aprender a vivir esta nueva situación, así que no se vale despreciar a nadie ni ahora ni en el futuro… siempre somos valiosos.

 

-Responsabilizarme de los tiempos que me tocaron vivir

Definitivamente los últimos meses no han sido ni cerca de lo que me imaginaba para mi 2020. Pero es lo que es. En libertad, puedo decidir responsabilizarme, aun y cuando lo que estoy viviendo, no lo escogí totalmente. Al final, el camino siempre es un poco del: ¿Cómo voy a responder a esto que la Vida me plantea en este momento?

 

-El tiempo es relativo

Los planes de estudio se miden por años, los ciclos lectivos por meses, el embarazo por semanas y ¿la vida?... la vida por momentos.

 

-La vida es líquida

Tenía razón Bauman, en este momento hemos visto como a todos y todas nos faltan certezas, la vida es cada vez más cambiante, inestable, imprevisible, dinámica. Por eso quizás sea bueno hacer un poco menos planes, para poder vivir más el momento presente, de manera libre y responsable. Tratando de tomar las decisiones más sabias que se puedan en el hoy, con los recursos que se tenga. Con la única certeza del que el mañana siempre será incierto. Y confiando un poco más en la Providencia. Definitivamente no hay sendas predestinadas, cada cual tiene y construye su camino, y a cada uno nos llega el momento de confirmar las palabras del poeta: caminante, no hay camino, se hace camino al andar… Por eso también, como dijo Benedetti: no te juzgues sin tiempo…

 

-No se trata tanto de ser perfectible…

El adagio popular que dice que en los seres humanos “nada es perfecto, todo es perfectible” lo he dicho muchas veces en mi vida, aplicado a muchos contextos. Pero después de la cuarentena me quedo con la primera parte, en efecto, cuando hablamos de seres humanos nada es perfecto, pero en la segunda parte, quizás sea mejor sustituir el perfectible por el mejorable… y disfrutar un poco más de nuestra imperfecta y bella vida humana.

 

-La Madre Tierra nos necesita

Creo que a cualquiera que quiera verlo, le queda muy claro hoy en día cómo debemos cuidar nuestra casa común. La Madre Tierra necesita de nosotros. Como creyente, el pasar la cuaresma en cuarentena, me permitió darme cuenta de qué tan urgente es en mi vida una conversión ecológica. Por eso, en cuanto al plástico, los químicos, el abuso del agua, la comida chatarra, los empaques tetrabrik, la fast fashion, entre otros, es importante intentar rechazarlos, o al menos reducirlos. Aquí se aplica el que menos es más… Siempre se puede optar también por reutilizar, o bien compostar cuando esto sea posible. Les confieso que antes de la cuarentena quizás veía el reciclar como una primera opción, pero ahora entiendo que en realidad va siendo como la quinta en la lista… Y claro, tratar de reducir al máximo lo que toca descartar… Quizás no pueda llegar a algunos extremos, de hecho quizás no lo quiera… al menos no hasta este momento… Pero sí puedo y quiero ser más responsable con mi huella ecológica, por mi bien y el de las generaciones que están por venir.

 

-Puedo escoger lo que veo en internet

Algunas redes sociales nos venden “falsas libertades”, y a cambio nos atrapan en sus redes para hacer perfiles de consumidor. Al final, viendo los contenidos que estos sitios nos proponen, terminamos consumiendo muchas cosas que no nos hacen bien. Pero sin duda en la red hay cosas buenas, solo se trata de ser más consciente sobre las aplicaciones, plataformas y páginas que seguimos, y dentro de ellas, se puede escoger también. Al final en la red hay tanto contenido bello, que me puede recrear sanamente y/o hacerme crecer como persona… ¿para qué perder el tiempo en otros contenidos solo para satisfacer la presión social que se siente alrededor de ellos? A este punto pienso que en cuanto a las redes es mejor más contenido intencionado, y como resultado más tiempo para lo verdaderamente importante. Puedo y quiero ser más responsable con mi huella digital, tanto con lo que consumo, como con lo que subo a la red.

 

-El valor del encuentro y de la comunicación existencial

Sin duda una de las cosas que mas he disfrutado de la cuarentena es poder realizar sobremesas más largas con mi familia, sin la presión de que tengo que salir corriendo para volver al trabajo. También, creo que todos valoramos un poco más las videollamadas. Este es el valor del encuentro.


El Dr. Luna habla mucho sobre la comunicación existencial. Esto sin duda, al ponerlo en práctica, me ha hecho mucho bien. Menos diálogos instrumentales, más diálogos existenciales, desde nuestra propia vida. Estar presente en el presente. Y ser consciente de ello.

 

-La solidaridad cambia el mundo.

Todas y todos hemos sido testigos en estas semanas de muchas muestras de solidaridad, para con los ancianos solos, los enfermos, los que viven por la calle, las familias que perdieron su entrada de dinero y necesitan comer, etc. Creo que ahora está más claro el camino. Creo que la solidaridad cambia el mundo.

 

-La vida puede ser sencilla

Aun y cuando nos la quieran complicar. Puedo y quiero ser responsable con las huellas de sentido que dejo en mi caminar… por eso intentaré vivir más sencillamente…

Ojalá en el futuro no olvide que la Vida siempre enseña, todo depende de tan buenos estudiantes queramos ser…




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