La Educación que necesitamos en tiempos de inteligencia artificial generativa.
- Mauricio J. Navarro-Bulgarelli
- 23 ago
- 4 Min. de lectura
23 de agosto, 2025
¿Será que la IA generativa finalmente va a lograr que desarrollemos la urgente y ya tardía necesidad de reformar el sistema educativo?
Yo soy educador, pero sé que no hay que serlo para tenerlo claro. Todas y todos lo sabemos, el sistema educativo ya estaba obsoleto desde hace mucho tiempo. La IA generativa solo está poniendo más en evidencia lo que ya lo era.
¿Y qué hacemos?
Bueno, propuestas hay muchas, te cuento un poco la mía (que sé es también la de tantos y tantas otras educadores y educadoras alrededor del mundo, por eso llamémosle mejor la nuestra)
Nuestra propuesta es que la escuela sea un lugar de encuentro seguro y en donde se pueda aprender desde las experiencias y desde las equivocaciones.
Que las matemáticas y las ciencias se centren en la pregunta científica y el pensamiento lógico, y no en repetir pasos de unas fórmulas en un examen, sin importar si se comprenden o no.
Que la inteligencia artificial, las tecnológicas, las pantallas y las redes sociales estén presentes en el proceso educativo, claro que sí, pero NO de manera omnipresente. Que sea más bien para educarnos en cómo aplicarlas para hacernos mejores seres humanos, para potenciar nuestras ideas y proyectos, para llevarlos a lugares inimaginables sin ellas, pero que siempre estén al servicio del ser humano, y nunca alreves.
Que haya espacio para la educación emocional, sexual y afectiva, la educación financiera, la ética y la vivencia de la espiritualidad en libertad.
Que haya movimiento, mucho movimiento… deportes, danza, teatro, educación física…
Que la lengua extranjera sea realmente un puente abierto a la aventura de conocer e interactuar con otras culturales, invitando a un pensamiento global y local, intercultural, y que el ver por 10 años seguidos el “verb to be” y 4 o 5 reglas gramaticales más sean solo leyendas urbanas de algo que quizás algún día fue.
Que sea solo un mal recuerdo también los exámenes memorísticos y repetitivos, y que cualquier evaluación que se aplique (incluidos los exámenes), nos enseñen de verdad a pensar, pero con la libertad de poder equivocarnos.
Que la biblioteca educativa sea el espacio más mágico y lleno de aventuras que un estudiante pueda tener en su escuela.
Que en el centro del modelo educativo estén las humanidades, me refiero a la filosofía, el arte, la historia, la educación cívica, los estudios sociales, la música, la literatura, la orientación... son estas las disciplinas, que bien entendidas, y en complemento con todas las anteriormente mencionadas acá, nos pueden enseñar realmente a pensar. Por eso ojalá todas estas asignaturas formen parte del currículo escolar desde la preescolar, pasando por la primaria, la secundaria y la terciaria, avanzando a una visión de aprendizaje para toda la vida.
Por sobre todas las cosas, el sistema educativo debe promover las habilidades para la vida, y de entre ellas específicamente rescato las siguientes: autoconocimiento, pensamiento crítico, la curiosidad, el pensamiento creativo, la flexibilidad y capacidad de adaptación a los cambios, la toma de decisiones reflexionadas e intencionadas y la capacidad de reinventarse constantemente.
Que se promuevan desde la Escuela tantas y tan variadas actividades culturales de todo tipo, que le permitan a todas las personas estudiantes ampliar sus miradas, tener experiencias de exploracion vocacional y de cultura general, que les permite al final tener más y más "materiales intelectuales y experienciales" para poder pensar de manera crítica, compleja y problematizadora.
En conclusión, que la escuela, toda ella, nos enseñe y ayude a pensar. Porque solo pensando, podemos aliarnos luego con la IA generativa, para potenciar nuestra humanidad. Si no lo hacemos ya, corremos el riesgo de lo que ya está pasando, no solo me refiero a que la IA sustituya nuestras carreras, sino también que sustituya nuestra capacidad de pensar. Para mí es así de claro, o nos enfocamos en habilidades para la vida y humanidades, y con eso la IA nos hace mejores seres humanos y se pone a nuestro servicio, o sino…, la IA nos embrutecerá… cada vez más….
Mi colega y amigo Jorge Monge Solís le llama el “efecto calculadora”, y lo explica así: Si usas la IA para pensar, multiplicas tu capacidad de pensar, pero si la usas para evitar pensar, te atrofias…
Permitanme por favor un par de cosas más, por favor, como orientador que soy me veo en la obligación de decir algo más: Que superemos ya la obstinada obsesión de preparar para “las carreras del futuro”, y que sepamos de una vez que por más tendencias de carreras, el futuro simplemente es impredecible, incierto, cambiante, volátil. Por eso, lo importante es educarnos en el presente, para ser el mejor ser humano que podamos ser hoy, potenciando así nuestras trayectorias vocacionales, haciéndonos flexibles, proactivos y con pensamientos que vayan cada vez más allá de las disciplinas o carreras, sino que sean más bien inter (y ojalá transdisciplinarios).
Y por último, pero por mucho de lo más importante, que de los protocolos, debidos procesos, alertas tempranas, expedientes, denuncias, y cuanto otro papeleo se les ocurra a las autoridades de turno, se encarguen auxiliares de derecho, y nos dejen finalmente a los educadores el tiempo para educar, y a los orientadores el tiempo para orientar ( ¿es eso mucho pedir?)
Aun sueño que esta educación, la liberadora, la transformadora, la crítica y la de las habilidades para la vida es posible…
Me despido con esperanza,
Mauja Nabu.

Mauricio coincido con vos en que la educación necesita transformarse de manera profunda y sostenida, a través de una reforma política que trascienda los cambios de gobierno. Es fundamental colocar en el centro de la educación costarricense las humanidades y una formación integral que incluya las artes y las habilidades para la vida.
Además, se requiere que la Orientación trabaje en ruta de lo transdisciplinario, y prepare a los niños, niñas y jóvenes en sostenibilidad y soluciones innovadoras ante los retos presentes y futuros de estas sociedades cada vez más líquidas.
Finalmente, coincido en que resulta clave devolver a cada educador, educadora, orientador y orientadora el tiempo y el espacio para cumplir con su labor esencial de enseñar y acompañar.