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¿Cómo puedo tomar decisiones difíciles? Con calma, intuición y análisis.

  • Foto del escritor: Mauricio J. Navarro-Bulgarelli
    Mauricio J. Navarro-Bulgarelli
  • 23 abr 2022
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 27 may 2024

23 abril del 2022



Cuando hay que tomar una decisión difícil, te recomiendo que sopeses análisis e intuición (corazonada). Intentaré explicarte algunas ideas.


Paso cero. No tomes decisiones en medio de una tormenta. Deja que pase la parte crítica. Saca tus emociones, llora, grita, sal a correr, escribe, pinta…. desahogate. Respira, tomate tu tiempo. Saca toda esa energía de la tormenta que no te deja ver bien sobre lo que debes elegir. Y cuando esté un poco más claro el panorama, y veas en el horizonte algunas posibles alternativas de elección, ahora sí, vamos con los pasos a seguir…


Ante las opciones que tienes enfrente, seguramente lo primero que sientas es una corazonada. Escúchala. No la juzgues, no la des por buena de primera mano, ni tampoco la descartes de una vez. Solo escúchala. No intentes explicarla con argumentos, las intuiciones solo se sienten, son como luces que aparecen en nuestro camino...


Segundo paso, analiza tus opciones. Plantéate tus criterios de elección, analiza tus ventajas y desventajas, busca de la información necesaria, proyecta las opciones a futuro, compáralas. Empieza a discernir. No analices demasiado, solo lo suficiente (ni demasiado poco ni con un exceso desmedido que te genere demasiada ansiedad).


Tercer paso, háblalo con alguien de confianza. Cuéntale las dos cosas, es decir tu corazonada y tu análisis.


Cuarto paso, luego de hacer todo eso. Haz una pausa. Deja “dormir” la decisión por un tiempo. Si puedes, incluso al menos unas 24 o 48 horas, o incluso más…. No pienses más en esto. Distráete. Haz otras cosas. Relájate. Así te vas a dar el tiempo necesario para “procesar la información”. Esta “reflexión inconsciente”, esta “maduración de la intuición”, este "discernimiento" va a ser que veas con más claridad la mejor opción para tu vida, en tu realidad concreta en ese momento particular que estás viviendo.


Y luego de ese tiempo, vuelve sobre las alternativas, y ahí toma la decisión. Sabiendo que la tomaste en libertad y asumiendo la responsabilidad total. Sobretodo siendo consciente de las renuncias a las que estás dispuesto(a) por la opción elegida, recuerda que no se puede tener ni ser todo en la vida.


Recuerda que nunca estarás 100% seguro de una elección, ni tampoco 100% satisfecho(a). Con que tu seguridad ronde el 70-75% (lo cual deja siempre un poco de espacio para las dudas y temores, tan humanas y por tanto normales), y la satisfacción ronde también el 70%-75% (es decir, lo que me gusta de la elección es bastante más de lo que no me gusta, aunque soy consciente que siempre habrá cosas que no me gusten, es humano y normal), entonces vamos bien.


Y a partir de ahí camina con tu decisión. No hagas demasiados planes. La vida es incierta, cambiante, dinámica. Por eso, en un tiempo vendrán situaciones que te volverán a poner alternativas de elección. Y de eso va la vida.


Si necesitas ayuda, no dudes en buscar un proceso de orientación vocacional. Seguramente verás que el profesional te invitará a seguir no menos de dos, tres o hasta más sesiones, espaciadas cada una de ellas por algunos días. Esto te permitirá vivir la “pausa” necesaria para “digerir” el proceso de decisión", con la ventaja de vivirlo acompañado (a) y además que el profesional te podría, quizás, ayudar a ver opciones a valorar que con las que antes no contabas…


Y ya luego, a seguir caminando…

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