¿Qué me hubiera gustado saber a los 35?
- Victor Mora Mesén
- 18 jun 2021
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 23 jun 2021
18 junio, 2021
Esta reflexion es respuesta a una propuesta dada en el post: ¿Qué te hubiera gustado saber cuando tenías 25 años? (link al final de este articulo)

Fue hace ya mucho tiempo que tenía 35 años, pero en ese momento era el protagonista de muchos cambios, junto con otros tenías muchos planes por realizar y muchos frutos que cosechar. A los 35 se comienza a construir lo que terminará siendo una orientación definitiva de la vida adulta. Creo que es necesario decir esto antes de adentrarme a responder a la pregunta.
La primera cosa que se me viene en mente, me hubiera gustado saber que los que compartían los mismos ideales en realidad no querían lo mismo que yo. No hay nada más desgastante que luchar por lo que se cree justo y bueno contra el viento contrario que provocan tus aliados. Parece paradójico, pero es que la vida lo es. Y no es que piense que yo tenía la única razón válida, es que parece que la guerra y el conflicto se hacen presentes en la vida humana sin que ellos se busquen: suceden y crecen, como aquella cizaña que plantó el enemigo durante la noche en el campo que había sido sembrado con semilla buena.
La segunda cosa, que sin la lucha las cosas no valen la pena. Es en la búsqueda de la verdad donde el alma encuentra la pasión por la vida. Esto implica el enfrentamiento, pero también la constancia y la capacidad de cambiar en lo accidental para seguir anclado en lo fundamental. La vida lucha contra la muerte, y muerte es todo aquello que no nos permite existir sin intensidad.
Esto implica, por otra parte, saber renunciar a la venganza, porque cuando consentimos con ella nos volvemos víctimas de la guerra. La destrucción del enemigo no es el objetivo de la lucha, eso es una falacia. La lucha se hace para avanzar no para retroceder en nuestra evolución personal.
Esto nos lleva a una cuarta cosa, no hay lucha sin sufrimiento y sensación de soledad. No es que se esté verdaderamente solo, seguimos rodeados de amigos, sostenedores y gente que se entusiasma con nuestra causa. Pero es realmente sufrido ver cómo en lugar que querer crecer juntos, otros prefieren destruirte a oírte o a discernir junto a ti los mejores caminos para avanzar. De allí que hubiese sido de ayuda saber que hay valores que nunca pueden ser olvidados, a no ser que se quiera caer en el aislamiento de la propia alma: el diálogo como ejercicio de decisión, la escucha como programa de discernimiento, el atreverse a hablar con sinceridad como arma para suscitar razonamiento y el perdón para reconocer que no se puede interferir con la libertad del otro.
De allí la quinta cosa que me hubiera gustado saber: saber defender la libertad del otro, aunque vaya en detrimento de la propia felicidad. No hay duda que esto implica adentrarse en un drama que parece no tener fin, pero es la única vía para tener paz interior.
También me hubiera gustado saber, la sexta cosa, que no haber conseguido finalizar un proyecto no significa haber fracasado en él. Contigo siempre están los momentos bellos del proceso, las alegrías compartidas y el agradecimiento recibido. Eso es algo que nadie puede borrar y que, conforme pasa el tiempo, vuelven a ti, sin ni siquiera haberlo planeado o pensado, como amistad verdadera, como feliz memoria ajena o como simple don de reciprocidad.
Pero tal vez la cosa más importante que me hubiera gustado saber es que todas estas cosas de las que he hablado, se repetirán otra vez. Así, se vuelve necesario recomenzar. Ese nuevo inicio tiene que estar signado con el fuego de la esperanza y el deseo apasionado por hacer el bien. Al fin y al cabo eso es lo que hace que nuestra vida sea interesante y que valga la pena vivirla.
Victor Mora Mesén
Post original: Esta reflexion es respuesta a una propuesta dada en el post: ¿Qué te hubiera gustado saber cuando tenías 25 años? (Mauricio Navarro)
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